martes, 28 de mayo de 2013

ELLA, DE VICENTE HUIDOBRO.

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 Vicente Huidobro, (Santiago de Chile, 1893-1948). Funda la revista Creación en Madrid, (1921). Publica, Altazor o el viaje en paracaidas, (1931).                                       







ELLA

Ella daba dos pasos hacia delante
Daba dos pasos hacia atrás
El primer paso decía buenos días señor
El segundo paso decía buenos días señora
Y los otros decían cómo está la familia 
Hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo.

Ella llevaba una camisa ardiente
Ella tenía ojos de adormecedora de mares
Ella escondía un sueño en un armario oscuro
Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza

Cuando ella llegaba dejaba una parte mas hermosa muy lejos
Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla

Sus miradas estaban heridas y sangraban sobre la colina
Tenía los senos abiertos y cantaba las tinieblas de su edad
Era hermosa como un cielo bajo una paloma

Tenía una boca de acero
Y una bandera mortal dibujada entre los labios
Reía como el mar que siente carbones en su vientre
Como el mar cuando la luna se mira ahogarse
Como el mar que ha mordido todas las playas
Como el mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos  de abundancia
Cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas
Antes que el viento norte abra sus ojos
Era hermosa en sus horizontes de huesos
Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado
Como el cielo a caballo sobre sus palomas.

jueves, 23 de mayo de 2013

UNIDAD EN ELLA. (VICENTE ALEIXANDRE)



Vicente Aleixandre nace en Sevilla (1898), desde muy joven vive en Málaga. Se traslada mas tarde a Madrid, donde vive hasta su muerte en l984.  Forma parte de la Generación del 27.

Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.

Tu forma externa, diamante o rubí  duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca  con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.

Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero morir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mio, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

Deja, deja que mire, teñido el amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente,
que regando encerrada bellos miembros extremos,
siente así los hermosos límites de la vida.

Este beso de tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.

(La destrucción o el amor, 1934)

sábado, 18 de mayo de 2013

CHUNG TZU



 Del "Clásico de las Canciones" de Shu Chung

                    Chung Tzu

Te lo ruego Chung Tzu,
no entres en mi casa,
no te abras camino entre los sauces que he plantado.
No es que me importen los sauces,
sólo temo a mi padre y mi madre.
Te amo Chung Tzu, tiernamente,
oh, pero temo, realmente temo lo que mi padre y madre dirán.
Te ruego Chung Tzu,
no saltes mi muro,
no te abras camino entre las moreras que he plantado.
No es que me importen las moreras,
sólo temo a mis hermanos.
Te amo Chung Tzu, tiernamente,
oh, pero temo, realmente temo
lo que mis hermanos dirán.
Te ruego Chung Tzu,
no entres por mi jardín,
no te abras paso a través del sándalo que he plantado.
No es que me importe el sándalo,
temo a la gente que habla.
Te amo Chung Tzu, tiernamente,
sólo temo, realmente temo
lo que la gente dirá.