viernes, 25 de noviembre de 2011

CUANDO COMPRE UN ESPEJO PARA EL BAÑO


Cuando compre un espejo para el baño
voy a verme la cara
voy a verme
pues qué otra cosa hay decíme
qué otra manera de saber quién soy.
Cada vez que desprenda la cabeza
del fárrago de libros y de hojas
y que la lleve hueca atiborrada
y la deje en reposo allí un momento
la miraré a los ojos con un poco
de ansiedad de curiosidad de miedo
o solo con cansancio con hastío
con la vieja amistad correspondiente
o atenta y seriamente mirarme
como esa extraña vez-mis once años
y me diré mirá ahí estás
seguro
pensaré no me gusta o pensaré
que esa cara fue la única posible
y me diré esa soy yo esa es idea
y le sonreiré dándole ánimo.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Adolescente fui.....

Adolescente fui en días idénticos a nubes, cosa grácil, visible por penumbra y reflejo, y extraño es, si ese recuerdo busco, que tanto, tanto duela sobre el cuerpo de hoy. Perder placer es triste como la dulce lámpara sobre el lento nocturno; aquél fui, aquél fui, aquél he sido; era la ignorancia mi sombra. Ni gozo ni pena; fui niño prisionero entre muros cambiantes; historias como cuerpos, cristales como cielos, sueño luego, un sueño más alto que la vida. Cuando la muerte quiera una verdad quitar de entre mis manos, las hallará vacías, como en la adolescencia ardientes de deseo, tendidas hacia el aire.

miércoles, 31 de agosto de 2011

BLANCA ANDREU


El día tiene el don de la alta seda,

pétalos desandados por el pie de la

noche,

monedas en corolas, eso dije.

Pero se izó la nube de magnolia hasta

llegar al núcleo ahogado,

estambre eléctrico y pistilo triturado de

amor,

monedas deshojadas por el terrible cheque templario,

o bien las

brujas vírgenes prudentes

y la plomiza nada milenaria.

El día tuvo el don de la alta seda,

amor mío, amor mío, y por eso aún

escúchame,

por eso te repito el perdido poema,

amor mío, amor mío, tu voz

que amé y que cruza

las pupilas moradas de los puentes.

y tu olor

habitado, azul, y todo

lo que ahora abandono y abandonas

no sé con qué

propósito,

ni sé de qué manera clandestina,

ahora, mientras yo rompo

la

idea de tu rostro

y continúo ignorando

qué invierno,

qué arteria

barroca del diciembre aquél,

qué orden despierto es el tuyo

mientras yo

vivo sola, y duermo, y te detesto.


domingo, 24 de julio de 2011

Ramón Llull, uno de los intelectuales más importantes de la edad media. Ramón Llull, uno of the most important intellectuals in middle ages.


Blanquerna (Llibre d'Evast e Blaquerna) es una novela idealista, de enorme influencia en la narrativa de la Edad Media y particularmente en ciertos escritores posteriores. Está escrito en catalán.

Se trata de una vívida pintura de la vida medieval: el protagonista, conduciendo su vida mediante su vocación religiosa, intenta alcanzar la perfección espiritual. Para ello, el autor lo hace emprender un viaje vital que lo llevará por todos los estadios del hombre en sociedad: desde el hombre casado que solía ser, ingresará en un monasterio, será prelado, llegará a papa y, finalmente, renunciará al solio pontificio para dedicarse a la contemplación y meditación en una ermita aislada 

miércoles, 20 de julio de 2011

Tombuctú (Malí)


 Tombuctú (Malí) Tombuctú es una ciudad de Malí, situada a 7 km. del rio Niger con 35.657 habitantes. Punto de encuentro de la ruta comercial transahariana. Mansa Musa, rey del imperio de Malí se anexionó la ciudad pacificamente en 1324. Aquí se encuentra la Univesidad de Sankore. Sus tres mezquitas, Djingareyber, Sankore y Sidi Yahya, recuerdan la edad de oro de Tombuctú. Estudiosos locales todavía cuentan con una impresionante colección de antiguos textos griegos de aquella época.
La ciudad fué fundada por los tuareg en torno al año 1100, allí se reunían los camelleros que traían sal del Mediterráneo y la intercambiaban, con oro, fruta y pescado con las tribus negras. Durante el siglo XIV se construyó la muralla y la primera mezquita. Tuvo su mayor esplendor durante el reinado de Askia (1493-1591) con más de 100.000 habitantes.
Tombuctú fué famosa por su cultura. Cuando la prohibición a los no musulmanes fué levantada, durante la època francesa, llegaron a su Universidad cientificos, españoles, egipcios, persas y sobre todo del Magreb.
Mansa Musa, rey de Malí mandó construir las más grandes mezquitas, entre ellas la de Djingareyber, por el arquitecto granadino Abu Haq Es Saheli en 1326.
La edad dorada de Tombuctú llegó bajo el dominio del imperio Songhay. El rey Sonni Alí Ber fué derrocado por Askia Mohamed. Durante su reinado estudiantes de todo el mundo acudieron a laUniversidad de Sankore

miércoles, 15 de junio de 2011

Nunca un joven podrá



Nunca un joven  podrá
desesperado
por los mechones de color de miel
que cercan tu oido,
¡amarte por ti misma,
y no por tu pelo dorado!

Pero puedo tenírmelo
para así coloreado
castaño, negro, color azafrán,
y así los jóvenes que están desesperados
me amarán a mí misma
no a mi pelo dorado.

Oí yo a un viejo místico
anoche declarando
que había encontrado un texto, que probaba
que solo Dios, mi bien amado,
te amaría a tí misma
no a tu pelo dorado.

martes, 17 de mayo de 2011

A un río le llaman Carlos

 Boston - Charles River/MIT

Yo me senté en la orilla;
quería preguntarte, preguntarme tu secreto;
convencerme de que los ríos resbalan hacia un anhelo y viven;
y que cada uno nace y muere distinto (lo mismo que a ti te llaman Carlos).
Quería preguntarte, mi alma quería preguntarte
por qué anhelas, hacia qué resbalas, para qué vives.
Dímelo, río,
y dime, di, por qué te llaman Carlos.
Ah, loco, yo, loco, quería saber qué eras, quién eras
(genero, especie)
y qué eran, qué significaban «fluir», «fluido», «fluente»;
qué instante era tu instante
cuál de tus mil reflejos, tu ;reflejo absoluto
yo quería indagar el último recinto de tu vida
tu unicidad, esa alma de agua única,
por la que te conocen por Carlos.
Carlos es una tristeza, muy mansa y gris, que fluye
entre edificios nobles, a Minerva sagrados
y entre hangares que anuncios y consignas coronan.
Y el río fluye y fluye, indiferente.
A veces, suburbana, verde, una sonrisilla
de hierba se distiende, pegada a la ribera.
Yo me he sentado allí, sobre la hierba quemada del invierno para pensar por qué los ríos
siempre anhelan futuro, como tú lento y gris.
Y para preguntarte por qué te llaman Carlos.
Y tu fluías, fluías, sin cesar, indiferente
y no escuchabas a tu amante extático
que te miraba preguntándote
como miramos a nuestra primera enamorada para saber si le fluye un alma por los ojos,
y si en su sima el mundo será todo luz blanca
o si acaso su sonreír es sólo eso: una boca amarga que besa.
Así te preguntaba: como le preguntamos a Dios en la sombra de los quince años,
entre fiebres oscuras y los días—qué verano— tan lentos.
Yo quería que me revelaras el secreto de la vida
y de tu vida, y por qué te llamaban Carlos.
Yo no sé por qué me he puesto tan triste, contemplando
el fluir de este río
Un río es agua, lágrimas: mas no sé quién las llora.
El río Carlos es una tristeza gris, mas no sé quién la llora.
Pero sé que la tristeza es gris y fluye.
Porque sólo fluye en el mundo la tristeza.
Todo lo que fluye es lágrimas.
Todo lo que fluye es tristeza, y no sabemos de dónde viene la tristeza.
Como yo no sé quién te llora, río Carlos,
como yo no sé por qué eres una tristeza
ni por qué te llaman Carlos.
Era bien de mañana cuando yo me he sentado a contemplar el misterio fluyente de este río,
y he pasado muchas horas preguntándome, preguntándote.
Preguntando a este río, gris lo mismo que un dios;
preguntándome, como se le pregunta a un dios triste:
¿qué buscan los ríos?, ¿qué es un río?
Dime, dime qué eres, qué buscas,
río, y por qué te llaman Carlos.
Y ahora me fluye dentro una tristeza,
un río de tristeza gris,
con lentos puentes grises, como estructuras funerales grises.
Tengo frío en el alma y en los pies.
Y el sol se pone.
Ha debido pasar mucho tiempo.
Ha debido pasar el tiempo lento, lento, minutos, siglos, eras.
Ha debido pasar toda la pena del mundo, como un tiempo lentísimo.
Han debido pasar todas las lágrimas del mundo, como un río indiferente.
Ha debido pasar mucho tiempo, amigos míos, mucho tiempo
desde que yo me senté aquí en la orilla, a orillas
de esta tristeza, de este
río al que le llamaban Dámaso, digo, Carlos
 (Dámaso Alonso)

lunes, 9 de mayo de 2011

Insomnio


Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
Duermes.  No. No lo sabes. Yo en desvelo,
y tú, inocente, duermes bajo el cielo.
Tú por tu sueño, y por el mar las naves. 
En cárceles de espacio, aéreas llaves
te me encierran, recluyen, roban. Hielo,
cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
que alce hasta ti las alas de mis aves. 
Saber que duermes tú, cierta, segura
- cauce fiel de abandono, línea pura -,
tan cerca de mis brazos maniatados.


Qué pavorosa esclavitud de isleño,
yo, insomne, loco, en los acantilados,
las naves por el mar, tú por tu sueño.

(Gerardo Diego)